Galletas de chocolate y calabacín


Porciones / número de personas:
Tiempo de Preparación: horno
Tiempo de cocción: 15 minutos
Categoría: Panes y bollos
Dificultad: Fácil

Introducción:

Estoy segura de que todos hemos tenido alguna vez un antojo de chocolate. No sé cómo ocurre pero de repente le arrancarías a alguien un brazo con tal de comer chocolate. Se apodera de ti y te hace salir de casa a altas horas de la madrugada en busca de una panadería, o de una chocolatería, o de un chino de esos que venden de todo en cajas de cartón en las esquinas del centro de Madrid.


Entonces Dios (es decir, una mujer inspirada, porque esto tuvo que ser cosa de una mujer) inventó estas galletas, estas galletas que saben a chocolate, huelen a chocolate, pringan como el chocolate y sin embargo buena parte de su gloria gustativa procede de algo tan soso como el calabacín.

Así que coge otra porque, total, tiene menos calorías que una galleta normal (dicen que unas 60) y seguro que el calabacín aporta alguna vitamina, o fibra, o algo. Además son fáciles de hacer y el calabacín es barato.

Yo he probado a hacerlas de dos formas diferentes: con el calabacín escurrido y sin escurrir. Está claro que sin escurrir el calabacín añade mucha agua y las galletas no quedan crujientes, pero sí deliciosas. En casa dicen que con el calabacín escurrido parecen galletas normales pero que con el calabacín sin escurrir son tan blanditas y sabrosas como un bizcocho borracho. La única diferencia radica en saltarse, o no, el primer paso.

Ingredientes:

1 calabacín grande rallado (se vale usar uno que ya no esté en su mejor momento)
60g de mantequilla a temperatura ambiente
150g de azúcar moreno
1 huevo a temperatura ambiente
250g de harina
30g de cacao puro Valor (las de la foto están hechas con Cola Cao y no es lo mismo ni de lejos)
1 cucharadita de canela
2g (1/2 cucharadita) de sal
3g (1 cucharadita) de levadura química (tipo Royal)
150g de chocolate (una tableta de chocolate o pepitas de chocolate)

Instrucciones:


1. ¿No quieres que el calabacín suelte agua y reblandezca las galletas? Pues nada, le echas dos cucharadas de azúcar y lo pones en un colador con un recipiente debajo para que recoja el agua. Te olvidas de él durante una horita. Luego vuelves y lo escurres con las manos un par de veces (el mío se quedó en 50g de calabacín de nada).

2. Con el tenedor o el batidor de varillas, bate la mantequilla hasta que esté blandita, lo que se dice "a punto de pomada". Este paso y los siguientes se pueden hacer en un robot de cocina. Yo odio tanto fregar el que tenemos en casa que prefiero el tenedor.

3. Añade el azúcar y sigue batiendo hasta que casi se disuelva y la mezcla quede ligera.

4. Mi paso favorito: si no has encontrado pepitas de chocolate o todo lo que tienes a mano es una tableta, ponla sobre la encimera, saca el martillo y descarga sobre ella todas las frustraciones del día (con cuidado de no romper el papel, que no queremos chocolate por toda la cocina). Reserva el chocolate.

5. Añade el huevo y bate bien dos o tres minutos (para los bíceps es mejor que el gimnasio).

6. Añade el calabacín rallado y remueve un poco.

7. Ahora es cuando yo suelo precalientar el horno a 190º.

7. Añade todos los ingredientes en polvo en este orden: harina, cacao, canela, sal, y levadura. Remueve bien hasta incorporarlo todo. Si has escurrido el calabacín, costará un poco pero al final verás como queda una masa homogénea.

8. ¿Te acuerdas de esa tableta de chocolate hecha añicos? Pues es el momento de incorporarla a la mezcla. No hace falta que remuevas mucho. Un par de meneos y fuera.

9. En una bandeja de horno forrada con papel de horno, vamos poniendo cucharaditas de masa de galleta. No hace falta que dejes mucho espacio entre una y otra porque al llevar poca mantequilla no se expandirán mucho. Con 1 cm de separación debería bastar. Si quieres que queden redonditas, aplástalas un pelín y dales forma con los dedos.

10. Al horno. Recuerda: 190ºC, durante 10-15 minutos. Si tu horno es pequeño y tienes que hacer varias tandas, puedes aprovechar esos 15 minutos para fregar los cacharros y preparar la siguiente bandeja.

11. La tentación de "despegarlas" del papel en cuanto salen del horno es muy grande pero conviene dejarlas enfriar sobre el papel un par de minutos para que no se rompan al tocarlas. Luego se dejan enfríar del todo sobre una rejilla u algún otro sistema que te inventes para que estén expuestas al aire (si las echas directamente al bote de galletas se quedarán correosas). Cuando no tengo rejilla, las coloco de pie alrededor de la tabla de cortar. Es una idea.

12. ¡A merendar!

Muchas masas de galleta se congelan bien. Está no. El calabacín se convierte en agua y estropea la galleta al descongelarla. No te preocupes porque estas pequeñas desaparecen del bote de galletas como por arte de magia.

Cuando he dicho que no vale la pena usar Cola Cao en vez de cacao puro Valor lo he dicho con la solemnidad de Moisés en Los diez mandamientos. Entiendo que un apuro es un apuro pero la galleta no tendrá ni el mismo color ni el mismo sabor intenso a chocolate. No hay más que ver la foto, paliducha como un difunto.

A mí me gusta mezclar chocolates. Si en casa hay restos de chocolate con leche, chocolate para cobertura y chocolate negro, descargo sobre ellos el martillo y así la galleta nunca es aburrida ¡Si se ve algún trozo de calabacín, miento y digo que es chocolate blanco!

Estas galletas ya son un clásico en casa. Las puse hace un par de semanas en una fiambrera y desde entonces padre y hermano siempre esperan encontrar algo dulce en sus fiambreras. De hecho, creo que el hermano me trae calabacines del mercadillo sólo para que le haga galletas ¡Ay, qué cruz!


Fuente: https://lamadalenadeproust.blogspot.co
Enviada por la_madalena (ver más recetas de la_madalena)
Publicada el 5 de octubre de 2012 a las 14:02
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