Potaje de cuaresma


Porciones / número de personas: 4
Tiempo de Preparación: 24 horas
Tiempo de cocción: 40 min
Categoría: Verduras y legumbres
Dificultad: Moderado

Introducción:

Hasta donde yo sé, las recetas tradicionales de cuaresma se preparan con bacalao en salazón y desalado antes de cocinarlo. Sin embargo, yo lo he hecho con bacalao congelado por un solo motivo: el precio. Estos días, quizá por la época y la alta demanda, estaba carísimo.

Ingredientes:

300 gr. de garbanzos (a mí, como comenté en la receta del cocido madrileño, me gustan de la variedad pedrosillano)
150 gr. de bacalao (mejor lomos finos, en trozos pequeños)
2 huevos cocidos
300 gr. de espinacas frescas
2 hojas de laurel
1/2 cebolla
una cucharadita de pimentón al gusto (yo usé pimentón dulce de La Vera)
1 o 2 cucharadas de harina
aceite de oliva

Instrucciones:


La noche anterior ponemos los garbanzos en remojo, con abundante sal. Deben estar en remojo unas 8 horas, como mínimo. Si están más, no pasa nada, pero es mejor que no estén menos de este tiempo.
Si hemos optado por utilizar bacalao en salazón, debemos ponerlo en remojo también para desalarlo.
Pasado el tiempo de remojo, ponemos a cocer los garbanzos con el bacalao y las hojas de laurel.
El modo de cocción será el que usemos habitualmente con las legumbres: yo uso la olla rápida en la que las legumbres necesitan 20 minutos de cocción desde que sube el pitorro. Si habitualmente usáis la olla tradicional, tendrán que cocer unas 2 horas y si utilizáis cualquier otro "invento" que yo no conozca, pues el tiempo que tengáis por costumbre cocer los garbanzos para cualquier otro plato.
Atención: es mejor no echar sal. Con la que lleva el bacalao suele ser suficiente y, de no ser así, siempre podremos rectificarlo a posteriori. La solución es más fácil si queda soso que si se nos queda salado.
Picamos la cebolla bien finita y la sofreimos en un chorro generoso de aceite de oliva. Cuando empiece a blanquear, añadimos la harina para que se nos tueste un poquito, pero cuidando de que no se nos queme y el pimentón.
Si esta mezcla se nos queda muy espesa, podemos añadirle un poco del líquido de la cocción de los garbanzos o un par de cucharadas de agua, para que no se nos agarre a la sartén.
Echamos el sofrito anterior a la cazuela donde tenemos los garbanzos y el bacalao y removemos bien para que se mezcle.
Añadimos los huevos cocidos picados en trocitos y las espinacas.
Dejamos que cueza otros 10 minutos aproximadamente, a fuego bajo para que se integren todos los ingredientes. El caldo del potaje debe quedar trabadito, pero no demasiado espeso, gracias al sofrito de la cebolla y la harina.

Información Nutritiva:

Para mí, este plato es lo suficientemente contundente y completo desde el punto de vista nutricional, como para tomarlo como plato único. Termina con una pieza de fruta y tienes una comida sana, equilibrada y ¡¡riquísima!!
Si, como a mí, no te va mucho el bacalao, puedes hacer dos cosas: hacerlo sin bacalao (pero yo no podía porque el desafío de este mes consistía, precisamente, en eso, en cocinar un plato con bacalao) o hacerlo con y regalarle a alguien a quien sí le guste la mitad del potaje, con todo su bacalao.
Yo se lo regalé a mis papis, los abuelos de los cachorritos, y tan contentos comieron potaje de cuaresma este fin de semana sin cocinar siquiera, que también ellos tienen derecho a un día de "a mesa puesta".


Fuente: https://cocinandoparamiscachorritos.bl
Enviada por niccasl (ver más recetas de niccasl)
Publicada el 20 de marzo de 2013 a las 12:50
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